Aquí tenéis una costumbre que empezó por casualidad, y que ha conseguido que muchos pequeños hayan abandonado su chupete de una forma de lo más decorativa.
Hace más de treinta años, en Shansen Park, una de las preciosas zonas verdes de la Isla de Djurgárden en la ciudad sueca de Estocolmo, ocurrió un hecho que cambiaría para siempre la simbología de este espacio.
Todo ocurrió cuando una persona encargada de la limpieza y el cuidado de las instalaciones colgó el chupete extraviado de un bebé en las ramas de uno de los árboles. A partir de ese momento la ocurrencia se convirtió en costumbre y todo el personal de mantenimiento hizo lo mismo con todos los chupetes que encontraban perdidos por el parque. De esta curiosa y fortuita manera nació una de las costumbres más tiernas para miles de niños: Viajar a Shansen para decir adiós a sus chupetes.
Familias procedentes de todas partes de Suecia, viajan hasta la Isla de Djurgárden para que los más pequeños de la casa cuelguen su chupete en el árbol (ya van más de 12.000), de manera que ese proceso habitualmente traumático, se convierte en una aventura que ayuda a los papás y a los bebés.
Esta costumbre se ha ido extendiendo a otros lugares y ya existen árboles de los chupetes en Dresden (Alemania), en Borough Park (Nueva York), en el Parque de la Batería (Torremolinos) y en Tívoli Park (Copenhague).
Artículo publicado en la Revista Gossip (www.revistagossip.es) de mes de diciembre 2012
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