Toda conducta o comportamiento que va seguido de algo agradable tiende a repetirse, por ese motivo cuando queramos que nuestros hijos o alumnos hagan algún tipo de comportamiento, debemos:
- Primero asegurarnos de que el comportamiento que queremos que realice ya lo conoce. Si no lo conoce, debemos:
- Demostrar al niño cómo se hace, haciéndolo nosotros y explicándolo, al mismo tiempo con palabras.
- Hacerles ver que esa conducta es beneficiosa tanto para ellos, cuando ellos la realizan; como para nosotros, cuando nosotros la realizamos.
- Predicar con el ejemplo. Los niños harán lo que nos vean hacer a nostros, no lo que les digamos que hagan. Es más fácil que lean si nos ven leer o que se laven los dientes y las manos si nos ven hacerlo a nosotros.
- Hay que ayudarle a realizarlo hasta que poco a poco lo va haciendo solo.
- Comprobar que lo están haciendo bien y en el momento adecuado.
- Reforzarle mientras lo realiza o cuando ha terminado.
- A veces basta con el propio reconocimiento o elogio por nuestra parte, diciéndole lo bien que lo está haciendo.
- Otros reforzadores pueden ser del tipo afectivo: carantoñas, caricias, abrazos...
- Funcionan muy bien los reforzadores de carácter emocional y social como hacer cosas agradables con el niño: jugar con él por lo bien que lo ha hecho, llevarle al cine, dar un paseo, ect., entendiendo que de pequeños, el refuerzo deber ser lo más inmediato posible.
- Dejarles hacer algo que les guste: ponerles un rato la televición o un vídeo, dejarles hacer alguna actividad que les guste, o jugar con lo que prefieran.
- Para nños no tan bebés, algunos expertos hablan de los dos años en adelante, un buen método es el de las fichas de acumulación. Ellos a lo largo del día (para los más peques), o a lo largo de la semana, acumulan fichas por cada conducta conseguida, y después los cajean por "premios" que previamente se han negociado con ellos. En un post posterior hablaremos sobre este método.
- Por último están los premios de carácter material, como último recurso (no son los mejores, porque desarrollan la motívación extríseca, es decir por el objeto en sí mismo, y no la motivación intrínseca, es decir por las propias ganas de hacer algo). Entre los premos materiales, pueden encontrarse pequeños juguetes, alguna golosina de vez en cuando.
Normas y límites
Para que una conducta disminuya
Sistema de economía de fichas
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